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¿Qué árbol es? es una guía, esencialmente fotográfica, para identificar y conocer el nombre de algunos árboles habituales en calles, parques y jardines.
Está disponible gratis en Apple Books, en forma de libro interactivo para iPad y ordenadores Mac.
La primera edición tiene un total de 162 páginas. E incluye más de 450 fotos que ayudarán a conocer las decenas de árboles que se describen en el capítulo 3.
El libro termina con una cuestionario, con diez tests de repaso, donde autoevaluar los conocimientos adquiridos identificando árboles. Y con un selector para localizar los árboles por la forma de la hoja y saltar directamente a la sección dedicada a cada árbol.
A continuación hay un resumen de los dos primeros capítulos que aportan los conocimientos básicos necesarios para lanzarse a explorar e identificar árboles.
CAPITULO 1 • INTRODUCCION
En este capítulo se explica qué es y cómo utilizar esta guía. Y se detallan las tres pistas esenciales que servirán para determinar qué árbol es.
PARA QUE SIRVE ESTA GUIA
Al pasear por mi ciudad soy capaz de anticipar los nombres de muchas calles, plazas, monumentos e incluso de edificios singulares. Pero un día caí en la cuenta de que ignoraba, casi por completo, el nombre de los árboles que encontraba en el camino.
Y nació la curiosidad por conocer el nombre de los árboles. Hasta el punto de que, ahora, centran mi atención y procuro identificar cada árbol con el que tropiezo. Ese ejercicio se ha convertido en un atractivo reto. Y también en una fuente de curiosidad, conocimiento y satisfacción.
Esta guía no es un tratado sobre árboles. Y ni tan siquiera pretende ofrecer información detallada de los árboles que se describen. Es, simplemente, una recopilación, breve y por encima de todo ilustrada, de pistas básicas y observaciones útiles para identificar algunos árboles frecuentes en calles, plazas y parques. Y conocer así su nombre.
TRES CLAVES PARA IDENTIFICAR UN ARBOL
Para hacerlo sencillo y entretenido, la identificación de los árboles se centra en tres aspectos fáciles de observar:
1. Hojas
2. Flores, Frutos y Semillas
3. Tronco, Corteza y Porte
En muchos casos estas tres pistas son suficientes para reconocer un árbol. En la segunda de las tres páginas que se dedican a cada árbol en el capítulo 3 se describen esas tres pistas clave, apoyándose en imágenes para despejar dudas y facilitar la identificación.
La figura siguiente muestra la página donde se describen las tres pistas clave en el caso del carpe.
En esa página se detalla, por ejemplo, si el árbol es de hoja simple o compuesta; cuál es el aspecto y el color de la corteza que cubre el tronco; y su forma y tamaño (el porte del árbol).
CAPITULO 2 • LAS TRES PISTAS A TENER EN CUENTA
En este capítulo se describen las tres claves a observar para identificar un árbol. Y, en cada caso, se explican los términos más comunes que se utilizan para diferenciar, definir y catalogar los detalles a los que hay que prestar atención.
1 – HOJAS
Las hojas son una central de energía a cargo de las funciones básicas que los árboles necesitan: Transforman la materia inorgánica en orgánica realizando la Fotosíntesis. Facilitan la transpiración de la planta. Y se ocupan del intercambio gaseoso de dióxido de carbono y oxígeno.
Son la parte más visible del árbol. Y, dado que su aspecto es muy diverso, en forma y en color, aportan una primera pista, muy valiosa y efectiva, para identificar qué árbol es.
Para describir una hoja se emplean términos que la caracterizan y diferencian. Términos cuya definición las cataloga según su perdurabilidad, estructura, forma de la hoja, aspecto del borde y disposición en el tallo.
HOJA PERENNE O CADUCA
Según se mantenga la hoja en el árbol durante todo el año o se caiga en otoño-invierno.
El magnolio o el olivo son árboles de hoja perenne, mientras que el olmo o la catalpa son de hoja caduca: aparece en primavera y cae en otoño.
HOJA SIMPLE O COMPUESTA
Dependiendo de si la lámina de la hoja es única o está compuesta por varias hojuelas o foliolos.
Para determinar si es simple o compuesta es útil ver si el rabillo de la hoja o peciolo, enlaza con el tallo o rama en un punto donde hay una yema axilar.
Las hojas simples suelen tener (aunque no en todos los casos) una yema axilar en la base del rabillo o peciolo. Observar dónde está la yema axilar ayuda a determinar si es una hoja simple (una hoja por cada yema) o si se trata, realmente, de una hojuela (o pinna) que forma parte de una hoja compuesta. Porque las hojuelas no tienen yema axilar.
El tilo, el aligustre o el carpe son árboles de hojas simples. Mientras que el fresno, el ailanto, el nogal o la acacia son árboles cuyas hojas están compuestas por varias hojuelas o foliolos.
Las hojas compuestas que tienen un número par de hojuelas o pinnas se denominan paripinnadas. Y son imparipinnadas cuando el número de hojuelas es impar, con una hojuela extra que la remata en el ápice.
POR LA FORMA DE LA LÁMINA O LIMBO
La hoja puede ser, entre otros, de uno de los tipos siguientes:
Acicular o en forma de aguja larga y delgada como las hojas de los pinos, abetos y otras coníferas. Su disposición suele ser en haz normalmente de dos hojas o en haces de agujas como en el cedro.
Acorazonada, cuando la lámina o limbo de la hoja tiene forma de corazón, como la del árbol del amor.
Escamosa, formada por agrupaciones de escamas estrechas o imbricadas, como la hoja del taray.
Flabelada o en forma de abanico como la del ginkgo.
Lanceolada o en punta de lanza, elíptica y alargada, que se estrecha en ambos bordes, como la del eucalipto.
Lobulada, con partes redondeadas y salientes como por ejemplo en las hojas del roble, el majuelo o la higuera.
Orbicular, de forma redondeada o circular, como el tilo.
Ovada o con forma de huevo, con la base más ancha que el extremo superior, como la hoja del carpe o la catalpa.
Ovalada, en forma de óvalo como la del aligustre.
Palmeada como la hoja del plátano de sombra, cuya forma recuerda la palma de la mano abierta.
Palmeado-compuesta como la del castaño de indias que consta de 7 o 9 foliolos dispuestos como la palma de la mano abierta.
Si el ápice o extremo de la hoja termina en punta aguda, sea cual sea su forma, se dice que la hoja es acuminada.
SEGUN EL ASPECTO DEL BORDE O MARGEN
Cabe distinguir, por ejemplo, entre hojas con borde:
Entero, cuando el borde o margen de la hoja es liso, sin dientes, picos u otro tipo de irregularidades apreciables.
Dentado, si el margen tiene dientes agudos y rectos (no inclinados como el filo una sierra).
Serrado, con dientes inclinados en forma de diente de sierra en todo el margen.
Crenado, si el margen tiene forma de pequeñas ondas.
Espinoso, con pequeñas espinas como las hojas del acebo.
Ciliado, cuando tiene finos pelos en todo el margen, como la hoja del haya.
POR LA DISPOSICIÓN DE LAS HOJAS A LO LARGO DEL TALLO
Se distingue entre hojas:
Alternas, cuando las hojas parten de nudos distintos y alternativamente hacia uno y otro lado del tallo.
Opuestas o simétricas, cuando las hojas aparecen enfrentadas por pares, a la misma altura del tallo, de modo que de cada nudo parten dos hojas simétricas.
2 – FLORES, FRUTOS Y SEMILLAS
Aportan claros indicios para identificar el árbol, aunque su observación sólo es posible durante una parte del año. Por ejemplo, pistas muy reveladoras en primavera y verano son el color de los pétalos y su disposición en las flores. O la forma y el tamaño de las semillas y frutos (vaina, bellota, sámara, amento…) observables en verano y otoño.
FLORES
Contienen los órganos reproductores del árbol. En algunos casos, como en el cerezo, los órganos masculinos y femeninos están en la misma flor. El liquidámbar, por ejemplo, tiene flores masculinas y femeninas diferenciadas. Mientras que otros árboles sólo tienen flores de un sexo. Las flores fertilizadas suelen producir bayas en verano.
FRUTOS
El órgano procedente de la flor evoluciona convirtiéndose en el fruto del árbol. Suele contener las semillas y ayuda a que éstas permanezcan protegidas hasta que se dispersen y puedan dar origen a nuevos árboles. Tienen muy diversas formas y tamaños: desde una avellana a una naranja, pasando por una cereza o una pera.
Son una pista clave para identificar el árbol, si bien sólo se pueden ver durante unas pocas semanas cada año.
SEMILLAS
En el ciclo de desarrollo normal de un árbol, a las flores les siguen los frutos y las semillas. Las semillas se producen en la parte femenina de la flor una vez polinizada y contienen lo necesario para que nazca un nuevo árbol. Su naturaleza y aspecto puede ser muy dispar: bayas, pepitas encerradas en frutos carnosos comestibles como las manzanas, cotiledones comestibles dentro de cáscaras duras como en el nogal, o pequeñas lentejas aladas como en el arce o el ailanto.
Las sámaras o frutos secos que contienen la semilla rodeada de alas o membranas, son muy ligeras y facilitan que el viento las disperse. Son muy características las sámaras del arce (con forma de A mayúscula), las del olmo (redondas), del carpe (con tres brazos en cuyo interior está la semilla), el ailanto (una pequeña lamina alargada, de color claro, que encierra la semilla en el centro), o el fresno (pequeñas vainas agrupadas en ramilletes).
Los amentos son inflorescencias o densos racimos de flores simples, sin pétalos ni sépalos, con forma de espiga. Cuelgan del árbol y son normalmente unisexuales (o masculinos, o femeninos). Con frecuencia aparecen antes que las hojas. Los masculinos producen polen que el viento dispersa para polinizar las flores femeninas. Son muy reconocibles los amentos del álamo, el sauce y la bétula o abedul.
3 – TRONCO, CORTEZA Y PORTE
El tronco, cuya cubierta de protección es la corteza, diferencia a los árboles de otras plantas y ayuda también a conocer qué árbol es.
La estructura formada por tronco y ramas, que definen el porte del árbol, aporta detalles adicionales a tener en cuenta para la identificación del árbol.
TRONCO
El tronco es la estructura leñosa que parte del suelo, eleva el árbol y soporta las ramas. Permite que el agua que recogen las raíces suba a las ramas y hojas.
La actividad vital del tronco tiene lugar en la capa exterior del mismo que es donde están las células vivas. El interior, que supone más de las cuatro quintas partes de la masa del tronco, son células muertas que sostienen su estructura.
CORTEZA
Cubre y protege al tronco y absorbe oxígeno a través de los minúsculos poros que tiene en toda su superficie.
Su forma, color, rugosidad y aspecto aportan pistas adicionales para identificar un árbol. Por ejemplo, el abedul tiene una corteza blanco-plateada, mientras que la corteza de la morera es gruesa y de tono grisáceo, con grietas en las que predomina el color marrón anaranjado.
PORTE
El aspecto conjunto del árbol, determinado esencialmente por su tamaño, forma, densidad y color de la copa, define su porte.
Hay árboles cuyo porte es alto y con forma cónica como el abeto. Los hay con porte bajo y arbustivo como el granado. Con aspecto de columna como el ciprés. O con una copa pendular o llorona como el sauce llorón.
CAPITULO 3 • LOS ARBOLES
En este capítulo, el más extenso del libro, se presentan en sucesivas secciones las fichas descriptivas de una selección de 44 árboles frecuentes en calles, parques y jardines de muchas ciudades españolas.
A cada árbol se dedican tres páginas, cuyo contenido se detalla en la figura siguiente.
La primera contiene una gran foto del árbol (del ailanto en la figura).
La segunda página describe las tres pistas clave para identificarlo (ailanto).
Y en la tercera página se dan variantes de su nombre común. También su nombre científico, compuesto por dos palabras en latín que designan el género y especie. Su nombre en inglés. Además de una breve descripción del árbol, algunas curiosidades y una galería de fotos que ayudarán a identificarlo.
Aquí puedes descargar el libro interactivo completo, disponible gratis en la tienda Apple Books, para usarlo con iPad o Mac.