Emma, Gusi y el cocodrilo Pillo

Portada del libro Emma. Gusi y el cocodrilo Pillo

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Emma estaba muy, muy contenta, porque ese día cumplía cuatro años. Y todos sus amigos iban a venir a su fiesta de cumpleaños. 

A Emma le gustaban mucho las frutas del bosque y, junto a sus amigos, la ardilla Noli y el gusanito Gusi, se encaminó hacia bosque, a coger arándanos, moras y frambuesas para hacer una gran tarta de cumpleaños. 

Pero al llegar al río que tenían que cruzar para entrar en el bosque, se encontraron con una desagradable sorpresa… ¡El puente había desaparecido! Y no podían cruzar el río. 

Mientras Emma y Noli fueron a buscar dónde estaba ahora el puente, el pequeño Gusi se quedó esperando en la orilla del río… Pero, ¡ay, ay, ay! …Apareció de pronto el cocodrillo Pillo que era muy astuto y tramposo… 

INDICE

  1. Día de cumpleaños
  2. El cocodrilo Pillo
  3. Y Emma tuvo una idea

A continuación se reproducen los dos primeros capítulos del cuento.

CAPITULO 1 • DIA DE CUMPLEAÑOS

Emma se despertó muy, muy contenta y feliz… ¡Porque ese día cumplía cuatro años! Y todos sus amigos iban a venir por la tarde a su fiesta de cumpleaños.

Ya estaba casi todo preparado. Mamá y papá habían puesto una gran mesa en el jardín, bajo el árbol en el que vivía la ardilla Noli. Y con muchos platos, para todos los amigos de Emma.

Esa mañana, Emma y sus amigos, la ardilla Noli y el gusanito Gusi, querían ir al bosque, a buscar arándanos, moras y frambuesas. A todos les gustaban mucho y querían hacer una gran tarta de cumpleaños con frutas del bosque.

—¡Vamos, vamos…! —animó Emma a sus amigos—. ¡No olvides tu mochila, Gusi!… Noli y yo llevamos dos cestitas.

Los tres salieron camino del bosque, para llenar la mochila y las cestas de frutas.

Y cantando, alegres, llegaron al río que tenían que cruzar por el puente de madera para ir al bosque… Pero ¡ay, ay, ay!… Noli que iba delante se paró de repente, con cara de sorpresa y llevándose las manos a la boca…

—¡Mira, mira Emma!… El puente no está… ¡Ha desaparecido! ¡No podemos cruzar el río! 

—¿Qué vamos a hacer? —exclamó Gusi, mirando a Emma.

—¡Uy! Alguien lo habrá llevado a otra parte del río… ¡Vamos, vamos a buscarlo! A ver si encontramos dónde está el puente ahora, para cruzar a la otra orilla.

Como Gusi era pequeñito, Emma le dijo que esperara allí, mientras ella y Noli iban a buscar dónde estaba ahora el puente de madera para cruzar el río.

—No te muevas de aquí hasta que regresemos, ¿eh Gusi? —dijo Noli—. ¡Ah!… Y ten cuidado con el cocodrilo Pillo que vive en el río. Es muy tramposo y te puede engañar.

—No, no me moveré… Os esperaré aquí sentado, con mi mochila —asintió Gusi.

Y Emma y Noli fueron caminando a ver dónde estaba el puente.

CAPITULO 2 • EL COCODRILO PILLO

No habían pasado ni dos minutos, cuando Gusi oyó una voz que salía de detrás de las hierbas que había en la orilla del río…

—¡Hola, hooolaaa…! ¿Cómo estááás…?

Gusi se dio la vuelta y vio la cabezota del cocodrilo Pillo que asomaba en el agua. 

—¡Anda!… ¡Eres verde, como yo!… —dijo Pillo—. Aunque yo soy grande y tu pequeñito, podemos ser buenos amigos… ¿Nooo?… ¿Quieres que te ayude a cruzar el río?

Gusi recordó que Pillo era muy tramposo y se alejó un poco del cocodrilo. 

 —¡Ven, no tengas miedo…! ¡Soy amigo tuyo, porque los dos somos de color verde…! —dijo Pillo con una sonrisa astuta y cerrando la boca para que Gusi no viera sus enormes dientes. 

¡Anda, ven! Súbete encima de mi cabeza y te llevaré a la otra orilla del río, para que esperes allí a tus amigos —añadió el cocodrilo.

—No, no, gracias… Mis amigos han ido a ver dónde está el puente para cruzar el río juntos  —contestó Gusi, moviendo la cabeza. 

—En la otra orilla del río hay muchas hojas de morera que es la comida favorita de los gusanitos como tú… —dijo el cocodrilo, mirando a Gusi con ojos de animalito bueno—. No tengas miedo… Yo soy tu amigo, porque eres de color verde como yo.

  Gusi se quedó pensativo… Porque le gustaba mucho la idea de esperar a Emma y a Noli en la otra orilla del río, mientras comía ricas hojas de morera que le gustaban mucho, mucho… Y respondió…

—¡Valeee, valeee…! Llévame a la otra orilla   —asintió Gusi, contento.

Pero Gusi no se dio cuenta de que, al oirlo, Pillo sonrió con cara de malote, relamiéndose los dientes con su enorme lengua…

Gusi cogió su mochila, se acercó a la orilla del río y, de un salto, se subió en la cabezota del cocodrilo Pillo… Que se dio la vuelta y empezó a nadar hacia la otra orilla…

Pero, cuando estaba en medio del río, Pillo se paró. Y mirando a Gusi con sus dos grandes ojos abiertos de par en par, le dijo…

—¡Ah!… Me olvidé decírtelo antes…¿Sabes cuál es mi comida favoritaaa?

—Nooo… No sé… —respondió Gusi.

— ¡Ah! ¿No lo sabes?… Pues lo que más me gusta comeeerrr… sooon… ¡Gusanitos! ¡Ja, ja, ja…! —gritó Pillo.

—¡Oh no…! ¡Ay, ay, ay…! ¡Me has engañado! —gimió Gusi, muy asustado.

—¡Ja, ja, jaaa…! Por eso me llamo Pillo… ¡Porque soy mentiroso y hago trampas!… ¡Ja, ja, jaaa…!

Y al decir eso, el cocodrilo tramposo levantó la cabeza de golpe, abriendo su bocaza con fuerza… Gusi salió disparado, volando hacia arriba… Y, al bajar… ¡chop! cayó dentro de la enorme boca de Pillo… 

El cocodrilo cerró la boca… Y el pobre gusanito se quedó encerrado dentro de ella. 

Justo en ese momento, se oyeron las voces de Emma y de Noli llamando a su amigo…

—¡Gusiii, Gusiii…! ¿Dónde estás?… ¡Veeen, veeen… que hemos encontrado el puente para pasar al otro lado del ríííooo!…

Pero nada. No había ni rastro del gusanito…

—¡Gusiii, Gusiii…! ¿Dónde estás?… —seguían gritando Emma y Noli, la ardilla.

Hasta que, de pronto, oyeron la voz de Gusi, llorosa y lejana, como si saliera de dentro de una cueva…

—¡Emmaaa, Noliii…! ¡Estoooy aquííí…! ¡En la boca del cocodrilooo…! ¡Aquí dentro está muy oscurooo!…

Los dos corrieron hacia la orilla y vieron al cocodrilo Pillo en mitad del río. Mirándolos fijamente. Y apretando con fuerza los dientes para no abrir la boca.

—¡Oye Pillo! —dijo Emma, enfadada, señalando con el dedo al cocodrilo—. ¡Abre la boca y suelta a Gusi!

—¡No, nooo, nooo…! —respondió Pillo—. ¡No abriré la boca… Ja, ja, jaaa…!

—¡Suelta a Gusi!… ¡Vamos, suéltalo ya, Pillo!

—¡No, nooo, nooo…! —repitió el cocodrilo tramposo, moviendo la cabeza.

—¡Sácadme de aquííí…! —seguía gritando Gusi, con voz llorosa.

—¿Qué podemos hacer, Emma? —gimió Noli, triste.